viernes, 3 de mayo de 2024

Raúl Escalabrini Ortiz



Raúl Escalabrini Ortiz




Nació el 14 de febrero de 1898, en la ciudad de Corrientes, y falleció el 30 de mayo de 1959 por un cáncer que, luego de hacer una metástasis en su cerebro, lo llevó a una lenta agonía.

Escritor, ingeniero agrimensor, poeta y periodista.

De joven le atraían las ideas de izquierda y la Revolución Rusa, no tenía demasiada simpatía por Hipólito Yrigoyen pero revisó su posición después del golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, al ver el carácter reaccionario de las fuerzas confabuladas contra el líder radical. Renunció a la redacción del diario La Nación y comenzó a criticar con dureza a la dictadura desde Noticias Gráficas.

Participó en el levantamiento radical de 1933 y eso le valió su detención, fue llevado a la Isla Martín García y optó por el obligado exilio. Antes de partir se casó con Mercedes Comaleras el 23 de enero de 1934 concurriendo al Registro Civil esposado y en compañía de la policía.

El primer destino de su exilio fue Italia por poco tiempo, luego se dirigió a Alemania donde publicó una serie de artículos, que aparecieron en Argentina en La Gaceta del Sur y que conformaron el libro “Política británica en el Río de la Plata”.

A fines de 1934 Scalabrini y su esposa regresaron al país y sin perder tiempo y se vuelve a zambullir en la investigación.


Escribió para las revistas:
- Martín Fierro,
- La Nación,
- La Gaceta de Buenos Aires,
- El Mundo,
- Noticias Gráficas y Reconquista, diario que fundó y dirigió.

En 1923 publicó un libro de cuentos llamado "La manga", y en 1931 su segunda obra: "El hombre que está solo y espera".

Bajo el marco de la agrupación política FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina), publicó:

- "Política británica en el Río de la Plata" (1936),
- "Los ferrocarriles, factor primordial de la independencia nacional" (1937),
- "El petróleo argentino" (1938),
- "Historia del Ferrocarril Central Córdoba" (1938),
- "Historia del primer empréstito" (1939).

En 1924 Raúl Scalabrini Ortiz realizó un anhelado viaje a Europa, consideraba que los europeos eran superiores pero tuvo una gran desilución: "Di con técnicos. Técnicos de saborear, técnicos de la escritura, técnicos del querer (…) El labriego es el mejor labriego (…) Pero no sentí en ellos ese afán de determinar inhallables solicitudes que había sentido palpitar en la entraña joven de mi tierra (…) Comprendí que nosotros éramos más fértiles y posibles, porque estábamos más cerca de lo elemental…”, “Nuestra mayor tristeza proviene de no saber quienes somos. Hablamos en castellano, pensamos en inglés, gustamos en francés, amamos en ruso, nos apasionamos en italiano (…) vivimos de prestado abrumados por los preceptos de estéticas y éticas lejanas". "Era necesario comprender que éramos una semi-colonia, y que dependíamos, tristemente, de los capitales ingleses. La condición de subordinado, de humillado no lo dejará descansar; y se abocará, sin reparar en fatiga, a la tarea de comprender cómo había sido en realidad nuestra historia político-económica".



Llegó a la triste conclusión
“Verifiqué con asombro inenarrable que todos los órdenes de la economía argentina obedecían a directivas extranjeras, sobre todo inglesas (…) Ferrocarriles, tranvías, teléfonos, y por lo menos el 50 por ciento de capital de los establecimientos industriales y comerciales era de propiedad extranjera, en su mayor parte, inglesa (…) Esto explicaba por qué en un pueblo exportador de materias primas podías haber hambre: al nacer el trigo y el ternero, ya no eran de quien lo sembró o lo crió, sino del acreedor hipotecario, del prestamista que adelantó los fondos del banquero que dio un Empréstito al Estado… de cualquiera, menos de él”. 
El panorama que se le presentaba era aterrador: sabía perfectamente que si quería seguir adelante en su cruzada, tendría a todos en contra; al periodismo, a la oligarquía con los distintos resortes que la sostenían, al ámbito universitario…Pero optó por el sacrificio, sabiendo que debía renunciar a todo lo que el imperialismo inglés podría corromper. (…)

Scalabrini consideraba que la historia oficial que se enseñaba en las escuelas, tenía una importante cuota de distorsión, ya que había sido escrita por los hombres de la oligarquía liberal: “La historia oficial argentina es una obra de imaginación en que los hechos han sido consciente y deliberadamente deformados, falseados y encadenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a disimular la obra de intriga cumplida por la diplomacia inglesa, promotora subterránea de los principales acontecimientos ocurridos en este continente” ... “La reconstrucción de la historia argentina es, por eso, urgencia ineludible e impostergable. Esta nueva historia nos mostrará que los llamados “capitales invertidos” no son más que el producto de la riqueza y del trabajo argentinos contabilizados a favor de Gran Bretaña”

Realizó estudios históricos para mostrar el efecto nefasto del endeudamiento externo, para eso investigó los resultados del préstamo tomado por Rivadavia con la casa inglesa Baring Brothers: “Vamos a demostrar fehacientemente que el primer empréstito argentino no fue más que un empréstito de desbloqueo, un modo de transportar en forma permanente las ganancias logradas por los comerciantes ingleses en las orillas del Río de la Plata. Es decir, que ese primer empréstito representa una riqueza que se llevó de la Argentina a Inglaterra, no una riqueza inglesa que se trajo a la Argentina”.

Para Scalabrini era sumamente necesario nacionalizar los ferrocarriles y se lo hizo saber a Perón, quien efectivamente lo llevó a cabo en su gobierno.

El 13 de febrero de 1947 se firmó el acuerdo que nacionalizaba a los ferrocarriles y vio su sueño hecho realidad. Estuvo presente en marzo de 1948 cuando el Estado tomó posesión de los mismos: "estábamos allí (…) éramos tres gotas de agua en el mar de un millón de ciudadanos…”. Scalabrini no aceptó ningún cargo público, porque en cierta manera era poner precio a su libertad de pensamiento.

Por su profesión recorrió el interior del pais entre 1944 y 1945, pudo apreciar el cambio social por la política desarrollada por Perón, las leyes laborales se comenzaron a cumplir y los siempre olvidados comenzaron a ser escuchados.

Scalabrini Ortiz apoyó al gobierno popular pero con su inamovible espíritu crítico, alertando que aún importantes sectores económicos continuaban en manos extranjeras y que la oligarquía ganadera se encontraba agazapada esperando el momento para reaccionar.



















Fuentes:

- https://www.cultura.gob.ar/raul-scalabrini-ortiz-el-pensador-que-desnudo-el-colonialismo-9067/

- https://www.labaldrich.com.ar/los-olvidados-de-la-historia/pensadores-nacionales/raul-scalabrini-ortiz/
(Fuente: CRISTINA PIANTANIDA – LOS MALDITOS – Vol. II – Pág. 354. Ed. Madres Plaza de Mayo)

- https://elforjista.com/scalabriniortiz.htm







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